Si hablamos del toro de Osborne, todos o casi todos sabemos a que no estamos refiriendo, sin embargo si citamos la valla publicitaria del tío Pepe son muy pocos los que saben de que se trata y seguramente muchísimos menos los que han visto alguna. Estas vacaciones de Semana Santa he tenido ocasión de poder contemplar alguna de estas vallas y creo que es hora de recordar todos los símbolos que tenemos por la carretera y que en su momento se salvaron de la destrucción, bien sea el toro de Osborne, la botella de tío Pepe, o la de Calisay que adornan nuestras vías, algunas de las cuales fueron apoyadas tanto por las autoridades como por los intelectuales y otras han sobrevivido sin tanta solidaridad.
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