Sabor agridulce de nuestro segundo día en Barcelona, tras una mañana tranquila visitando el parque guell en el que uno puede pasarse tranquilamente todo el día viendo las maravillas que hizo y diseño Gaudi, polémica para decidir donde comemos y una vez elegido el sitio, en las ramblas para luego por la tarde vez el barrio gótico, nada más terminar de comer descubrimos que a marimar le han hurtado la cartera, todo ello sin salir del local donde estamos comiendo y haber sido ella la que había pagado en la barra, todo un artista.
Trastocados los planes de la tarde, visita al cuartel de la guardia urbana para hacer la denuncia, después de haber anulado las tarjetas que le habían desaparecido. Atendidos por un guardia urbano que habla 7 idiomas, ha vivido en Alemania, Francia y EE.UU., hijo de sevillanos y que paga sus impuestos, tramitamos el hurto y nos recomienda ir a tomar un vino, cosa que hacemos sin más dilación.
Tras tranquilizarnos un poco y reírnos de la situación, continuamos nuestra visita al barrio gótico, que terminamos tomando un chocolate con churros junto a la catedral del mar, atendida y regentada por los pocos autóctonos que quedan por la zona.
Una vez recuperada la forma, nos trasladamos en metro a ver la sagrada familia, una obra como la de mis alumnos que nunca se termina, comenzada en 1882 y que todavía siguen construyendo.
Aquí hemos tenido la suerte de ver a un informador olímpico explicándoles a unos italianos en perfecto español toda la vida y milagros de la obra, piedra por piedra y así hemos sabido que las dos fachadas que hay no se corresponden con la fachada principal sino con las laterales, para hacer la fachada principal tienen que tirar un edificio construido sin licencia al lado, no se si en bromas o en serio pero él predice que se terminara para el 2040, no creo que él lo vea terminado.
Trastocados los planes de la tarde, visita al cuartel de la guardia urbana para hacer la denuncia, después de haber anulado las tarjetas que le habían desaparecido. Atendidos por un guardia urbano que habla 7 idiomas, ha vivido en Alemania, Francia y EE.UU., hijo de sevillanos y que paga sus impuestos, tramitamos el hurto y nos recomienda ir a tomar un vino, cosa que hacemos sin más dilación.
Tras tranquilizarnos un poco y reírnos de la situación, continuamos nuestra visita al barrio gótico, que terminamos tomando un chocolate con churros junto a la catedral del mar, atendida y regentada por los pocos autóctonos que quedan por la zona.
Una vez recuperada la forma, nos trasladamos en metro a ver la sagrada familia, una obra como la de mis alumnos que nunca se termina, comenzada en 1882 y que todavía siguen construyendo.
Aquí hemos tenido la suerte de ver a un informador olímpico explicándoles a unos italianos en perfecto español toda la vida y milagros de la obra, piedra por piedra y así hemos sabido que las dos fachadas que hay no se corresponden con la fachada principal sino con las laterales, para hacer la fachada principal tienen que tirar un edificio construido sin licencia al lado, no se si en bromas o en serio pero él predice que se terminara para el 2040, no creo que él lo vea terminado.
1 comentario:
Bueno chic@s que se le va a hacer, cómo dices tú Pablo, éstas son las cosas que se recuerdan, por lo menos ya habíais pagado la comida....
Y ya que nosotros no hemos ido seguir ilustrándonos con esas bonitas vistas de la ciudad.
Ondo pasa.
Publicar un comentario