Salto del Nervión

En nuestro afán de ampliar territorios desconocidos, este sábado nos ha tocado conocer la zona de Orduña a propuesta de nuestro makina particular Adolfo que no Rodolfo. Su idea inicial era subir al Txarlazo desde el pueblo, pero al final le hemos convencido para hacer algo más light, como es recorrer toda la zona de la cascada del Nervión. Después de dejar el coche en el aparcamiento que hay en el lado izquierdo de la BU-556 que une Orduña con Berberana, hemos retrocedido por dicha carretera para coger el PR-BU-46, que nos ha acercado hasta el Mirador esquina de Ruben, yendo por todo el borde de la sierra. A partir de aquí hemos seguido la PR-BU-45 que nos lleva hasta el Mirador salto del Nervión, también siguiendo todo el borde del acantilado por un terreno con mucha piedra y en la que hay que tener mucho cuidado por el riesgo de caídas.Desde este punto nuestra intención era seguir el borde del acantilado pero un error de interpretación del mapa nos ha llevado a adentrarnos por buenas pistas para que no se queje Justo y hemos llegado casi casi hasta el  pueblo de Untzaga preguntando a unos jubilados muy marchosos que andaban por el monte en un día de este otoño tan extraño que tenemos. Desde el pueblo ascensión para llegar de nuevo al borde de la sierra, tras atravesar una verja que nos avisaba de la presencia de mastines, de los cuales ya me había hablado Jon Ander por la imposibilidad de poder organizar en esa zona carreras de orientación en las épocas en las que están cuidando las ovejas.Y como no podía ser menos allí nos los hemos encontrado 3 fieras esperando  a que nos despistásemos para echarsenos encima, por si acaso nos hemos agrupado nos hemos acercado a la alambrada que nos separaba del acantilado y por suerte, el macho dominante se ha conformado con pegarnos unos ladridos para enseñarnos quien es el dueño del terreno. Como anécdota contar que un korrikolari que iba en dirección contraria a la nuestra ha pasado esa zona corriendo por el otro lado de la alambrada. Una vez pasado el susto hemos podido disfrutar de las vistas del cañón de Delika y ver volar a los buitres con total  tranquilidad. Desde aquí vuelta hacia el aparcamiento, aprovechando para ver la lobera del Monte Santiago.